Escribe: Raúl Diez Canseco Terry *
En dos semanas, el BAP Unión, nave peruana, tripulada por peruanos, circunnavegará el planeta. Un viaje similar no lo hacíamos desde 1856 cuando la fragata peruana Amazonas recorrió 42 mil millas náuticas en 308 días, dejando una memoria imborrable en la historia naval.
Hoy, el B.A.P. Unión recorrerá más de 34 mil millas náuticas durante 309 días, visitando 20 puertos en 17 países de los cinco continentes, lo que lo convierte no solo en un embajador marítimo, sino en un símbolo de la capacidad que tenemos los peruanos para integrarnos al mundo.
Para conquistar el Pacífico hay que tener el espíritu del inca Túpac Yupanqui que con cientos de balsas se adentró en los mares y, según los historiadores, llegó a las islas polinésicas. Realizar ese viaje debió haber sido una proeza alimentada solo por el coraje y la decisión del soberano de descubrir y encontrar nuevas oportunidades para su pueblo.
Demostrando que sí es posible mirar el oeste y conquistarlo, hace tres años mi propio hijo, Raúl Diez Canseco Hartinger, se embarcó en un velero y siguiendo las corrientes marinas y los vientos, llegó a la Polinesia Francesa. Sin más recompensa que su espíritu emprendedor.
Es momento de la reconquistar El Pacífico, espacio marítimo donde circula más del 50 % del comercio mundial y que, gracias a la inversión privada, con la futura puesta en marcha del Puerto de Chancay tendremos oportunidad de aportar una locomotora más al desarrollo.
La iniciativa legislativa aprobada recientemente para promover y facilitar el transporte marítimo en tráfico de cabotaje de pasajeros y de carga —como sugerimos en una columna anterior— abre un escenario propicio para el desarrollo de nuevas y competitivas operaciones marítimas.
De Tumbes a Tacna y doscientas millas mar adentro, el Mar de Grau, es nuestra cuarta Región geográfica, con un área total de 626,540 Km2. A ello debemos agregar los 50 mil kilómetros de mar en virtud del fallo de La Haya, estableciendo el límite marítimo entre Perú y Chile; una zona rica en especies marinas y de pesca aún no aprovechada del todo.
Nuestro mar es reconocido como uno de los más ricos del mundo, con miles de especies hidrobiológicas que bien manejadas puede atender la demanda de alimentos que requiere el mercado. El mar peruano puede ser la despensa proteica del país y del mundo.
En esa línea, acabamos de firmar con la Sociedad Nacional de Pesquería un convenio para fomentar la investigación y la innovación en proteínas hidrolizadas. El pesquero es hoy el segundo sector más importante de la economía y genera empleo de calidad. Son 250 mil puestos de trabajo y, considerando actividades conexas, llega a 700 mil puestos.
Aprovechar de manera responsable las oportunidades que el mar nos brinda nos pone nuevamente en el centro del mundo en temas marítimos. Nuestra vocación por el mar viene desde tiempos ancestrales. Las civilizaciones que florecieron a lo largo de nuestras costas entendieron la importancia del mar como fuente de sustento y como una carretera al desarrollo.
Es fundamental preservar esta conexión ancestral con el mar, promoviendo su cuidado y fomentando la responsabilidad compartida para garantizar su conservación y el bienestar de las futuras generaciones. Solo tenemos que mirar al oeste y seguir la ruta del sol.
* Ex Primer vicepresidente del Perú.