Escribe: Raúl Diez Canseco Terry*
Yo sí creo en milagros. Me refiero al milagro de recuperar la senda del crecimiento que nos ha sido esquiva. Este 2024 no solo es el año del bicentenario de la consolidación de nuestra independencia, sino también el año de la APEC, que debemos aprovechar para posicionar al Perú en el mundo. Al mismo tiempo, este año se inician las celebraciones de los 200 años de relación bilateral con los Estados Unidos de América.
La realización de APEC en nuestro país permitirá recibir a miles de extranjeros en cinco ciudades, oportunidad propicia para mostrarles nuestras maravillosas manifestaciones naturales, culturales y gastronómicas.
En el plano económico, desde que ingresamos a APEC, hace 25 años, nuestro intercambio comercial creció en un promedio anual del 12%, según COMEX. Esto ha sido posible debido a que firmamos tratados de libre comercio con Australia, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, México, Singapur y Tailandia y acuerdos preferentes con Brunéi, Malasia, Nueva Zelanda y Vietnam.
En el 2021, alrededor de 5 mil 200 empresas peruanas exportaron US$ 37 mil 994 millones e importamos US$ 30 mil 479 millones. En ese lapso, recibimos inversiones por más de US$ 9 mil millones.
Este año también, se inaugura el puerto de Chancay, teniendo como anfitrión nada menos que al presidente de China, Xi Jinping. Este megapuerto cambiará la fisonomía estructural no solo del país, sino que diseñará un nuevo mapa de las operaciones portuarias en este lado del mundo, incentivando la industria del cabotaje. Unir China y Sudamérica requiere hoy entre 35 y 40 días. Con el puerto de Chancay se necesitará solo 23 días.
Como complemento de esta superestructura es necesario recuperar el proyecto del presidente Kuczynski de construir el tren de cercanía al norte y al sur de Lima, que pondrán en valor los arenales que tenemos en esa franja de la costa peruana, dinamizando sectores inmobiliarios, industriales y de recreación.
Si le sumamos el proyecto avanzado de la Ciudad Aeropuerto del Callao, uno de los más modernos de Sudamérica, que permitirá tener vuelos directos al Asia y rápidamente duplicar la llegada de turistas, tenemos las condiciones para pensar de manera realista que dinamizar la economía de forma segura y sostenible es posible.
En el Cusco, el aeropuerto de Chinchero y la puesta en marcha del proyecto de Choquequirao permitirán ofrecer a los turistas nuevas alternativas de llegada directa y circuitos turísticos, que significarán mayores oportunidades para dinamizar las industrias de convenciones –incentivando su presencia con beneficios tributarios por diez años–, servicios logísticos, artesanía, gastronomía, hotelería y turismo.
En mayo de este año, el BAP Unión terminará de completar su vuelta al mundo. Un acontecimiento que bien enfocado le dará al Perú posicionamiento internacional. Todo suma en la proyección del país, porque yo sí creo que este es el año del Perú para el mundo y del mundo para el Perú.
Si logramos conectar los temas ancla de este 2024 con la agenda de recuperación de la economía que demanda el país, habremos alejado el fantasma de la inestabilidad que amenaza con colarse en la escena política del país. Si somos capaces de cumplir con esta agenda, entonces, tenemos las condiciones inmejorables para relanzar el crecimiento económico.
Ese milagro puede hacerse realidad. Mucho dependerá de los peruanos.
* Ex primer vicepresidente de la república.