Escribe: Raúl Diez Canseco Terry*
El Perú se encuentra en un momento crucial. La profunda crisis política que nos aqueja, sumada a la fragmentación social y la debilidad económica, nos sitúa en una encrucijada que exige un compromiso genuino de todas las fuerzas políticas y la sociedad civil.
Con 21 partidos políticos habilitados para postular y 10 más haciendo cola, es urgente un esfuerzo concertado para conciliar y unificar estas fuerzas en procesos de unidad que fortalezcan nuestra democracia y promuevan un gobierno de salvación nacional.
La proliferación de partidos políticos, lejos de enriquecer nuestro sistema democrático, ha generado una fragmentación que dificulta la gobernabilidad y la toma de decisiones efectivas.
Es imperativo reducir esta atomización política y trabajar hacia una mayor cohesión. La unidad no implica uniformidad, sino la capacidad de trabajar juntos hacia objetivos comunes, priorizando el bienestar de la nación sobre los intereses partidistas. Menos es más.
Un gobierno de salvación nacional es la respuesta necesaria para sacar adelante al Perú. Este gobierno debe estar compuesto por los mejores hijos del país, aquellos que puedan generar confianza tanto a nivel nacional como internacional, atraer inversiones y despertar los motores del crecimiento económico.
Estamos ante un nuevo ciclo minero que favorece nuestra economía. No podemos permitirnos el lujo de seguir creciendo a un ritmo de apenas 2.5 % del PBI anual. Se requiere orden, disciplina y coherencia fiscal como bien ha reclamado el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde.
Es fundamental aprovechar esta oportunidad para impulsar un crecimiento sostenido y significativo que beneficie a todos los peruanos. Con inversión se genera empleo. Y el empleo es la forma sana de derrotar la pobreza.
¿Cuántos líderes están dispuestos a poner de lado sus diferencias y trabajar juntos en un plan de desarrollo integral? ¿Cuántos están de acuerdo en incluir reformas estructurales que fortalezcan nuestras instituciones, mejoren la educación y la salud, y promuevan la innovación y la competitividad?
Es necesario fomentar una cultura de diálogo y participación activa, donde todos los ciudadanos se sientan parte del proceso de construcción del país. La unidad nacional es demasiado importante para dejársela solo a los políticos; todos, en donde sea que estemos, tenemos un rol que desempeñar.
Una fórmula para concretar este ideal sería ir a unas primarias multipartidarias, donde los partidos presenten sus mejores representantes y diriman previamente quién será el candidato a la presidencia de la república de los grupos que participen. Lo que conservarían los partidos serían sus listas al Congreso.
Menos partidos, pero más cohesión y colaboración, es la fórmula para un gobierno de salvación nacional que pueda generar confianza, atraer inversiones y revitalizar nuestra economía. No podemos permitir que la división y el estancamiento sigan frenando nuestro potencial. La unidad es el camino hacia la salvación y el progreso del Perú. Salvemos el Perú.
* Ex Primer vicepresidente del Perú