Escribe: Raúl Diez Canseco Terry *
En un mundo cada vez más interconectado y tecnológico, el mensaje de Jorge Chávez, «Arriba, siempre arriba, hasta las estrellas», adquiere una relevancia aún mayor. Es un llamado a estar a la vanguardia en todas las áreas de nuestras vidas. Y si hay una institución en Perú que ha seguido esta dirección con determinación, esa es la Fuerza Aérea del Perú (FAP), donde se vive plenamente la era digital y satelital.
Durante mi visita a las instalaciones del Servicio de Mantenimiento de la FAP (SEMAN-FAP) y a la Agencia Espacial del Perú (CONIDA) esta semana, pude constatar el exitoso modelo de organización y unidad de negocio que han logrado establecer. A pesar de pertenecer al sector público, estas instituciones han demostrado una capacidad y competitividad excepcionales para atender las demandas del exigente mercado internacional.
SEMAN FAP, convertida en una Asociación Público Privada (APP) hace un año, se ha posicionado como una de las principales empresas de servicios de mantenimiento a aviones comerciales. Con más de 90 años de experiencia en la aviación no comercial, posee un vasto conocimiento en el mantenimiento y operación de aeronaves no comerciales. La adquisición de un Boeing 737.5 en su flota les brindó la experiencia necesaria para atender aeronaves comerciales de la categoría Jumbo, como los Boeing 737, 747, 757, 767 y 777.
Esta unidad de la Fuerza Aérea del Perú ha obtenido certificaciones de Estados Unidos y Europa, lo que le permite atender hasta 120 aeronaves al año. Además, se ha consolidado como uno de los principales centros de mantenimiento de trenes de aterrizaje a nivel mundial, gracias a su modelo In house, que les permite llevar a cabo operaciones en un plazo de 35 a 40 días.
En este servicio, nos encontramos en el Top ten mundial y, con seguridad, somos número uno en Sudamérica. Ser una APP ha permitido una toma de decisiones ágil y autonomía presupuestaria y financiera, lo que coloca al SEMAN FAP en una posición privilegiada para atender en poco tiempo aeronaves más modernas, como los aviones Airbus.
La Agencia Espacial del Perú (CONIDA) también ha logrado avances asombrosos. La adquisición de un satélite hace algunos años nos ha brindado más de 4000 imágenes de alta resolución de nuestro territorio, que resultan útiles para la toma de decisiones en los sectores público y privado.
Orbitando por encima de la estratosfera a 9 kilómetros por segundo, este satélite es capaz de capturar imágenes detalladas e identificar objetos de tan solo 70 cm². Gracias a él, ahora podemos tener una visión clara de la cantidad de barcos que navegan ilegalmente en nuestras 200 millas marítimas y de las dragas que operan en la selva en busca de oro, contaminando nuestros ríos. También podemos medir la deforestación que avanza en nuestra Amazonía.
Pero no solo eso, también podemos identificar y calcular con precisión los cuerpos de agua en la selva y los andes para potenciar la acuicultura, conocer los deshielos en las montañas o los embalses en los ríos que nos alertan sobre futuros deslizamientos. El satélite nos brinda datos e información valiosa, la cual debemos aprovechar en los planes de desarrollo regional y nacional.
El Perú está avanzando hacia nuevos horizontes en la era digital. La Fuerza Aérea del Perú a través del SEMAN y CONIDA son ejemplos claros de cómo podemos utilizar la tecnología para posicionarnos en el mercado global y mejorar nuestra capacidad de toma de decisiones. Es fundamental continuar fortaleciendo estos avances y promoviendo la formación de profesionales especializados en este ámbito. Solo de esta manera podremos seguir avanzando y mantenernos a la vanguardia en el mundo digital.
Desde el ámbito académico, tenemos la responsabilidad de formar técnicos y profesionales capaces de involucrarse en este tipo de actividades. La especialización del personal, la realización de operaciones internas de alta tecnología y la adopción de herramientas digitales son tres elementos clave que debemos considerar en su proceso de formación. Al igual que la FAP en la academia también debemos seguir el ejemplo de Jorge Chávez: «Arriba, siempre arriba».
* Ex primer vicepresidente del Perú.