Escribe: Raúl Diez Canseco Terry *
No hace mucho se desarrolló en el Congreso de la República un seminario internacional sobre Zonas Económicas Especiales (ZEE). Se está buscando una ley que promueva esta forma de incentivar las inversiones, pero dentro de un proceso de transformación industrial.
El año de APEC 2024 en el Perú es una inmejorable oportunidad para relanzar nuestras zonas económicas especiales, ante los inversionistas de las 21 economías miembros del mayor foro de cooperación y facilitación del comercio a nivel global.
La oportunidad de mostrar al Perú como un hub de conectividad logística e industrial es única y es ahora. En el mundo hay más de 7000 zonas económicas especiales en 145 países, que generan empleo para 100 millones de personas de manera directa y 200 millones de manera indirecta.
En el Perú contamos con 8 zonas económicas especiales, de las cuales cuatro están operativas: Paita (Piura), Matarani (Arequipa), Ilo (Moquegua) y Tacna. Estas generan 2800 puestos de trabajo de manera directa y 4200 de manera indirecta. No es que estemos en el mejor momento.
Pero hoy, el puerto de Chancay nos ofrece un conjunto de oportunidades de negocios y genera expectativas inmejorables: mejores costos de transporte, mejores precios, importaciones más baratas, entre otras.
La posición estratégica del nuevo puerto tiene un peso primordial en la región, con oportunidades de crecimiento y nuevos mercados gracias a los TLC y la creación de nuevas cadenas de valor y de distribución.
Es por esta razón que me atrevo a decir que la administración de Chancay debe ser mediante una zona económica especial que incluya la planificación del territorio con desarrollo urbano, uniendo Chancay, Ancón y El Callao.
En todo este territorio se deben desarrollar actividades económicas, aprovechar sinergias, impulsar el cabotaje nacional e internacional, e impulsar los corredores logísticos de la sierra y la selva.
Es una oportunidad inmejorable para generar industria con valor agregado. Existen para ello instrumentos sectoriales y tributarios. No olvidemos que el 2031 debe empezar a funcionar la nueva carretera central, la cual sin duda conectará la despensa del centro del país con el mundo a través del puerto de Chancay.
Uruguay exporta 4500 millones de dólares mediante sus zonas económicas especiales. República Dominica 7800 millones de dólares y Costa Rica 9300 millones de dólares. Lo que exportamos tiene muy poco valor agregado. En nuestro país no hay ni una sola empresa de transformación tecnológica de nivel global.
Es momento de apostar por crear un clúster logístico e industrial entre Chancay y El Callao e integrar a los productores con los mercados internacionales, especialmente el Sudeste Asiático, sin descuidar a Brasil, el país más importante de la región. El 2023, Brasil exportó a China más de 166 mil millones.
El poder Ejecutivo puede determinar las áreas para las zonas francas, pero son los privados quienes deben administrarlas. La ventaja de tener estos espacios es que se genera empleo formal.
Después de todo, como informó el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Juan Carlos Mathews, en España y América Latina existen 705 zonas económicas especiales que generan aproximadamente un total de 64,000 millones de dólares en exportaciones, un monto similar a lo que exporta el Perú. Aprovechar las ZEE sería una manera inteligente de industrializar el país.
* Ex primer vicepresidente del Perú