Escribe: Raúl Diez Canseco Terry *
Llevo a Acción Popular en la sangre. Mis primeros recuerdos son al lado de mi madre, ella manejando una motocicleta y yo en la parte de atrás repartiendo volantes de la primera campaña de Fernando Belaunde, en 1956. Tenía apenas ocho años.
En 1983, Violeta Correa de Belaunde me llamó para ayudarla a trabajar en las cocinas familiares. Fui viceministro de Turismo a los 37 años. Mi primer encargo político fue ser personero de AP.
Al terminar su segundo mandato de gobierno, Belaunde me encargó la Secretaría de Economía del partido y la administración de la Casa Política de Paseo Colón. Por esos años, en 1986, también fui elegido para presidir la Comisión Organizadora por los 30 años de Acción Popular.
En 1987 fui elegido Secretario Departamental de Lima, en el Congreso Nacional Ordinario de Acción Popular, cargo que desempeñé hasta 1990, periodo en el cual el partido se preparó para enfrentar la campaña presidencial de ese año.
En 1990 tuve el honor de representar a Acción Popular en la lista de Diputados elegidos por Lima. En circunstancias políticas muy difíciles para el partido, asumí la candidatura de Acción Popular para la alcaldía de Lima y en 1995 a la presidencia de la república. Fueron unas elecciones adversas para los partidos democráticos y perdimos la inscripción; sin embargo, con la participación de cientos de correligionarios lideré la reinscripción del partido en un mes con 141,744 firmas.
Durante ese mismo periodo, también fui elegido Secretario General Nacional de Acción Popular, desde 1993 hasta 1995, cargo que asumí en el XIV Congreso Nacional de Acción Popular realizado en Lima el 25 y 26 de setiembre de 1993. Este fue un hecho público que nadie puede negar.
Buscando justicia, después de largos trámites, este cargo ha sido inscrito en el Registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones. En consecuencia, he recuperado mi pleno derecho a reincorporarme al Comité Político Nacional, al Plenario Nacional y al Congreso Nacional de nuestro partido.
Nada de esto cambia mi perspectiva de mantenerme fiel a mis principios y no aspirar a ningún cargo. Mi vida y mi compromiso siempre han estado ligados a la historia de Acción Popular. Ejercer plenamente mis derechos es algo que me basta y sobra.
Es lo que no entendieron quienes pretendieron silenciarme y me apartaron de la dirigencia durante años. Ellos se fueron, yo no. Hoy más que nunca, la tarea de sumar es imperativa, y en ese esfuerzo, el límite es la vida misma.
* Ex primer vicepresidente de la República.